El piloto argentino Marcos Patronelli perdió algunos
minutos en una especial de Fiambalá que estuvo marcada por las inclemencias del
tiempo.
El oriundo de Las Flores finalizó en tercer lugar en la
etapa que unió La Rioja con Fiambalá y continúa liderando en cuads a 01:50:22
de su escolta el chileno Ignasio Casale.
Aunque Marcos Patronelli se
metió en la cabeza la idea de ir tranquilo para poder llegar a la meta y
festejar su segundo título en el Rally Dakar, a veces ni eso garantiza que nada
le pase al cuatriciclo. Ni al de él, ni a los demás. En este caso, el de Las
Flores no la pasó bien. Después de perderse en el inicio del especial de la undécima
etapa, su vehículo Yamaha quedó atrapado entre dos piedras y tuvo que
transpirar para poder sacarlo."Nos perdimos todos en el kilómetro 38, eramos como 20 pilotos que no sabíamos para donde agarrar. Me perdí con la mala suerte de quedar trabado entre dos piedras. Me agarró una desesperación tremenda porque estuve 5 minutos y no podía sacar el cuatri. Tuve que ponerlo en dos ruedas, levantarlo, ponerlo en marcha y tirarlo para adelante para que salga. Me agarraron nervios, cansancio, dije '¿qué hago acá?', se habían ido todos y yo estaba solo en el medio de la nada", contó Marcos, una vez que pudo relajarse en el vivac de Fiambalá.
Ese retraso lo obligó a cambiar la estrategia por un momento y también le tocó la cabeza. "Iba a largar muy tranquilo, pero con lo que nos pasó que nos perdimos, perdimos 15 o 20 minutos, no sabía cómo iba a terminar la etapa, Casale se me había ido para adelante y me preocupé bastante. Venía en el aire, pero los alcancé, lo pasé a Casale y ahí levanté", agregó el menor de los hermanos. Luego, pincharía un neumático antes de llegar tercero en el especial.
"Fue una etapa de esas que no sabés para qué lado vas a salir. Nos llevó mucho tiempo, fue una etapa entre la arena, las piedras y las plantas. Poco médano. Lo que fue médano fue un rato nada más. Nos mandaron mucho por caminos viejos, de autos, supongo. Estaba muy peligroso. Había muchas cortadas del agua, cortadas de 90 grados, chiquitas, pero estaba para pegársela", concluyó Marcos. La meta la tiene cada vez más cerca.
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