Amenazas primero y advertencia después. Así se movió la mafia siempre. Hoy parece que pasó lo mismo en Juventud. El entrenador Adrián Cuadrado sufrió la rotura de los cristales de su auto, y él mismo habló con nosotros de venganza.
"Esto no fue un robo... porque no sacaron nada, esto fue un tipo que no me quiere y lo expresó de esta manera... fue una venganza de algo, pero no se de qué. Si supiera quien fue no estaría hablando ahora con ustedes... seguramenente estaría detenido", señaló el DT quien se mostró impotente ante esta agresión.
Allegados al club nos adelantaron que el DT había recibido amenazas telefónicas en la semana por el armado del equipo del anual, aunque esto no fue confirmado por el técnico.
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