El auto estaba estacionado fuera del estadio, como todos los días, y se escucharon ruidos que al salir a observar se dieron con la triste escena. El entrenador salió del banco de suplentes y acudió al lugar verificando que no le sustrajeron absolutamente nada -el stereo estaba en su lugar-, pero que en unos segundo le destruyeron los vidrios del vehículo valuado en unos 800 pesos sólo en cristales.
El DT pidió a la dirigencia de Juventud ingresar el vehículo al patio interno del club, volvió a dirigir el equipo que le ganó a Comercio 2 a 1, y luego radicó la denuncia correspondiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario